¿PODEMOS TENER AMIGOS EN EL TRABAJO?

¿PODEMOS TENER AMIGOS EN EL TRABAJO?

ARTICULO DE OPINIÓN

Durante todo el tiempo que llevo trabajando he escuchado opiniones de todo tipo, desde, somos compañeros de puertas para dentro, pero fuera no somos nada, hasta los que se decantan porque es imposible trabajar codo con codo con alguien y que no surjan amistades reales.  Yo he presumido de que aunque no lo he buscado siempre, he encontrado amigos en las empresas donde he trabajado, aunque sinceramente he pasado por un poco de todo. 

Imagen de StockSnap en Pixabay

¿Pero, qué pasa cuando en la empresa que trabajas te ascienden a ti y a tu amigo no? 

¡Eso ya es otro cantar!, porque ya tienes un poco de poder y si no se te sube a la cabeza, ni te vuelves gilipollas, resulta que tienes que mandar a tu amigo, ese con el que te vas de cañas o has hecho de confidente el día anterior. 

Llegas a tu mesa, el trabajo está sin hacer, ya le dijiste lo que lo hiciera, pero intenta escaquearse, una vez más, y entonces llega la hora de ponerse serios y tienes que llamarle la atención. Y aquí pueden pasar dos cosas: Que no acepte tus críticas, por muy constructivas que a ti te parezcan, o lo que es mucho peor, que te tome como el pito del sereno y, sin duda, ambas ocasiones cuando se producen, son complicadas de lidiar y en ocasiones, la amistad se disuelve.

A ti no te parece tan complicado y te repites que no entiendes el porqué de su actitud, porque tú estás haciendo tu trabajo y no puedes explicarte porque esa persona no se limita a hacer el suyo. Pero es que es muy difícil acatar órdenes y después seguir con las risas y las cañas.

Y la guinda del pastel. Eres mujer emprendedora, montas tu propia empresa, contratas a personal, con unos sientes más feeling que con otros. El chico nuevo que has contratado, con el que compartes profesión, en seguida se gana un puesto de confianza. Puedes delegar en él, parte del trabajo que se te acumula. Parece que entiende tu forma de trabajar y te sientes liberada de mucha carga. Por fin parece que el trabajo no se hace tan cuesta arriba. Compartes muchas horas laborales que empiezan a convertirse en horas de ocio, también. Compartes tiempo fuera del trabajo y el “chico nuevo” entra a formar parte de tu círculo de amigos, que por tanta carga de trabajo había empezado a reducirse. Se hace cómodo que tu amigo también esté en tu empresa, porque prácticamente es donde únicamente estás. Se implican a las familias, su familia y la tuya también comparten tiempo de ocio.  y entonces... Surgen diferencias de opiniones, de cómo resolver asuntos que te corresponden a ti, como jefa, pero que tú amigo se toma la libertad de no solo opinar sino de intentar imponer, porque la libertad de actuación que le has dado, supera a su propia soberbia de pensar que posee la certeza de no poder equivocarse. 

Llevar la razón le ciega. Sus ansias de poder superarte no le permiten escuchar y lo que es peor, no quiere escucharte. Olvida que las riendas,  siguen siendo tuyas y que el hecho de haber sacrificado todo y haber tenido el coraje de montar de la nada lo que es hoy tu empresa, solo eso ya te da derecho a seguir tu instinto para seguir el camino correcto y si te equivocas, puedes asumir el error y continuar, porque los riesgos son solo tuyos y tienes derecho a escoger lo que piensas que es lo mejor, sin que nadie te imponga ni su opinión, ni sus hechos.

Ahí, llega el problema, tu amigo, con el que tomabas cañas, el que parecía que quería mucho a tus hijos, te demuestra que ya no le importas tanto, porque su ego queda pisoteado al no dejarle hacer, ni disponer. Intentas razonar, pero, no escucha más que a su propia voz de poseer la verdad absoluta sobre las cosas y comienzas a ver un final inminente. No hay sitio para dos opiniones opuestas, sobre todo cuando la tuya siempre va a prevalecer sobre la otra. Y decides poner punto y final a una relación laboral insostenible, pensando que después de tu gran enfado y decepción, seguro que la amistad prevalece. Es tu amigo, ¿Cómo no va a suceder? Piensa que seguro terminaréis comiendo juntos de nuevo y riendo de los mismos chistes y la amistad no se habrá destruido, porque tomar distancia en lo laboral ha sido lo correcto. 

Y a veces esto se consigue... Yo, solo espero conseguirlo la próxima vez.

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